La vida, nuestra
vida
Una buena
reflexión para la aventura de vivir.
La vida es muy larga y a la vez,
paradójicamente, muy corta; llena de obstáculos que tenemos que saltar como
jinete sobre su corcel en el torneo. Somos arquitectos de nuestra vida. La vida
es nuestra construcción. Un gran edificio no se puede construir sin una zapata,
porque de lo contrario se derrumbará. Al igual que las columnas necesitan
varillas, todo en la vida necesita un sostén para poder permanecer firme. Todo
necesita echar raíces profundas para sobrevivir y soportar las situaciones
difíciles que se presenten, porque muchos van a pretender destruir y derrumbar
lo que hemos construido, pero una vida bien cimentada permanecerá.
En la vida hay peldaños que tenemos que
subir uno a uno, con firmeza y paciencia, pero al final, con determinación y persistencia,
se logra la meta.
En la vida todo necesita tiempo. Nadie
nace sabiendo. Nadie nace y se queda pequeño. Nadie aprende en un día. Nadie
construye un imperio en una semana. El mismo Dios necesitó siete días para
crear el universo, según la Sagrada Escritura. Lo que quiero dejar dicho con
esto es que en la vida todo necesita crecer y desarrollarse, todos necesitamos
crecer, pero para llegar a nuestra meta, tenemos que pasar muchos obstáculos.
En la vida es necesario caer para
levantarse, llorar para sonreír, trabajar para descansar. Hay una frase que
dice: “la vida te pondrá obstáculos, pero los límites los pondrás tú”. Por más
obstáculos que se crucen en tu camino, está en ti detenerte o seguir y hacer
realidad ese sueño, ese propósito. Siempre debemos luchar por nuestros sueños.
La vida es una batalla. Nadie llega a la meta sin tener obstáculos.
En la vida, si lo sueñas lo puedes lograr,
si lo dibujas lo construyes, si lo construyes puedes hacer que permanezca
firme. Todo con determinación y perseverancia se logra, nada pasa en un abrir y
cerrar de ojos. Al final lo importante es que en cada caída tengamos la determinación
y la fuerza de voluntad de volver a levantarnos y seguir creciendo, seguir
hasta la meta.
Por:
Penélope Medina Rosa,
estudiante de medicina,
UNIBE.