¿Dónde se escondió pasión?
Por
María Alejandra Ortega
Estudiante de la Universidad Iberoamericana, UNIBE
Alma es mi nombre, alma de buen
corazón, alma de sueños, alma feliz y dispuesta. ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?,
y ¿a dónde voy?. Preguntas que desde que tengo uso de razón me las han hecho en
cada inicio de clases, y siendo completamente honesta siempre tuve la misma
respuesta: “Soy el motor de mi pecho que me impulsa a un mañana cada vez más
grande”. Como era de imaginarse, mis maestros quedaban un poco confusos con mi
respuesta, procediendo a tener grandes discusiones en donde cambiar esa ambigua
pregunta era mi argumento más sólido.
No somos de dónde venimos, ni de
quienes nos rodean, somos lo que palpita al mismo ritmo de nuestro corazón, lo
que nos mueve el alma y lo que amamos hacer, ¿Te gusta correr?, ¿Te apasionan
los deportes?, ¿Qué sientes cuando ayudas a los demás?, ¿Cantar? O ¿Relacionarte
con personas?, esas cosas que nos hacen dedicados, comprometidos e imparables, eso eres tú.
¿Qué te hace feliz?
Haz lo que a tu corazón lleve a
millón, y créeme que ahí encontrarás tu porqué envuelto en el que eres y guiada
por aquella pasión que te dará propósito y un camino abierto. Al final la
respuesta la tendrás en tus propios ojos: Tus sueños te hacen más de ellos que
tuyos. Tus anhelos te hacen más de ellos que tuyo y tu amor por jugar algún deporte,
cocinar, defender a los demás o ayudar a quien lo necesita es lo que te dará el
impulso de preservar aún cuando el camino no lo veas claro.
Si te sientes triste, sin ganas
de seguir en lo que estas ahora, pregúntate: ¿Qué te pone el corazón a millón?.
A veces tenemos que alejarnos y adentrarnos en nuestro interior para descubrir
y encontrar nuestra voz, quienes somos realmente. Para ser feliz, lo primero
que debes encontrar son tus sueños.
Y te pregunto a ti ahora, ¿a
dónde se escondió tu pasión?