No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego. También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años…”.
Tú que inicias la universidad, estarás cuatro o cinco años creciendo hacia dentro, estudiando y aprendiendo, para después crecer hacia afuera, trabajar y servir a la sociedad como profesional.
Si no te desesperas y persistes, inevitablemente llegarás. El éxito espera por ti.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirán sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
En la universidad tendrás que aprender nuevos hábitos descartar otros. Este es un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo, date tiempo, cuatro años, cinco años y te estarás graduando.
No perdamos la fe cuando los resultados no se den en el plazo que esperábamos, No abandones tus sueños.
Mientras estés en la universidad estarás echando raíces, estás creciendo hacia dentro no desesperes, ya tendrás tiempo de crecer hacia afuera.
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años…”.
Tú que inicias la universidad, estarás cuatro o cinco años creciendo hacia dentro, estudiando y aprendiendo, para después crecer hacia afuera, trabajar y servir a la sociedad como profesional.
Si no te desesperas y persistes, inevitablemente llegarás. El éxito espera por ti.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirán sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
En la universidad tendrás que aprender nuevos hábitos descartar otros. Este es un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo, date tiempo, cuatro años, cinco años y te estarás graduando.
No perdamos la fe cuando los resultados no se den en el plazo que esperábamos, No abandones tus sueños.
Mientras estés en la universidad estarás echando raíces, estás creciendo hacia dentro no desesperes, ya tendrás tiempo de crecer hacia afuera.
Hermosa metáfora para comenzar la universidad. Son 4 o 5 años de crecimiento hacia dentro y luego una vida de crecimiento hacia fuera.
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