Salgo del metro y me recibe una hermosa luna llena en el cielo oscuro, rodeada de estrellas, lo que ilumina la noche de este viernes de invierno. Sigo el flujo de personas que cruzan el peatonal y avanzo hacia Ágora Mall. Las puertas automáticas se abren con elegancia a medida que me adentro en esta imponente estructura. El aire acondicionado me envuelve de inmediato, golpeando mi cabeza y refrescando el ambiente. Mis oídos se llenan con la cautivadora voz de Adele interpretando "Skyfall".
Mis pasos resuenan en el suelo de mármol pulido mientras avanzo. La luz nocturna baña el centro comercial, creando una atmósfera de sofisticación y elegancia. Las luces suaves y cálidas se filtran desde el suelo y el techo, generando una sensación acogedora en los pasillos. Las tiendas se distribuyen de manera estratégica en tres pisos, ofreciendo una amplia variedad de opciones, desde zapaterías y tiendas de ropa hasta perfumerías, tiendas de productos de belleza y librerías, entre otras.
El cuarto piso está reservado para la comida y la diversión. Aquí encuentras una amplia gama de opciones culinarias, desde sushi y hamburguesas hasta pizzas y tacos. Un paraíso gastronómico donde todos los antojos pueden ser satisfechos. Además, hay un área de juegos para los niños, lo que hace que Agora Mall sea un destino ideal para toda la familia. Todo está cuidadosamente pensado para proporcionar una experiencia completa y placentera en este moderno centro comercial.
Llego al cine y me encuentro con la fila para comprar la taquilla. Hoy es el estreno de "Avatar 3", una película que he estado esperando con ansias, aunque es probable que las entradas para las próximas semanas ya estén agotadas. Decidí comprar una taquilla para la nueva película de Anne Frank, que también me intriga, y elijo la última función del día a las 10 de la noche.
Hago una fila de aproximadamente una hora para las palomitas. El aroma de las palomitas recién hechas es irresistible, y no puedo resistir la tentación de comprar un buen balde. Durante la espera, me sumerjo en pensamientos sobre las películas que veré esta noche y la emoción aumenta con cada minuto que pasa.
Finalmente, con mis palomitas en mano, me dirijo hacia la sala de cine. Al entrar, me sorprende ver que hay relativamente poca gente. Apenas unas 15 o 20 personas, distribuidas en toda la sala. Decido subir las escaleras y dirigirme a la última fila, en el centro y en la parte más alta de la sala. Siempre me ha gustado esa ubicación, ya que proporciona la mejor vista de la pantalla y la oportunidad de sumergirme por completo en la película.
Mientras espero a que empiece la función, mi emoción sigue creciendo. Observo los anuncios previos a la película, algunos de los cuales son realmente entretenidos. La pantalla gigante y el sonido envolvente en la sala de cine crean una atmósfera única que me hace sentir que estoy a punto de embarcarme en una experiencia cinematográfica inolvidable.
La anticipación se mezcla con la emoción mientras los minutos pasan, y estoy ansioso por ver cómo se desarrollará la historia de la película de Anne Frank. El ambiente en la sala de cine es tranquilo y expectante, y estoy lista para sumergirme en esta nueva historia en la gran pantalla.
(3 horas más tarde)
Cuando empiezo a sentir que he dormido mucho mis ojos se abren con pereza y no perciben más que oscuridad, parpadeó acostumbrando mis ojos a la misma mientras busco mi teléfono desesperadamente en mi bolso, sintiendo la ansiedad apoderándose de mí, por fin consigo mi teléfono que lo sacó de mi bolso, lo reviso y veo que me queda un 20% de bateria, que tengo 20 llamadas perdida de mis padres, las cuales no escuché por haber puesto el teléfono en silencio al empezar la película y que son las 1 de la mañana, demonios, me quede dormida, no puede ser,
¿Dónde están las personas de limpieza?¿Nadie podía despertarme?¿ahora que haré?
Enciendo la linterna de mi teléfono y miro a mi alrededor. La sala de cine, como era de esperar, está completamente vacía. Me pongo de pie con cuidado, recogiendo todas mis pertenencias y descendiendo las escaleras con precaución. La última cosa que quiero es tropezar y caer aquí. Mientras salgo de la sala, el pasillo me recibe con la misma oscuridad. Debo admitir que la atmósfera me inquieta un poco; nunca he sido una fan de la oscuridad, y el silencio en este lugar desolado solo aumenta esa sensación.
Avanzó por el pasillo, apuntando la luz de mi teléfono hacia adelante. Cada paso resonando en el silencio me hace sentir como si estuviera en una película de terror, pero me recuerdo a mí misma que estoy en un centro comercial, aunque esté vacío.
Finalmente, llegó a la boletería y salgo del cine. El centro comercial, como era de esperar, también está desierto. Sin embargo, la luz de la luna llena y la estructura con ventanales en el techo proporcionan una iluminación tenue y natural, lo que hace que el lugar parezca menos inquietante.
De repente, escucho pasos detrás de mí y mi corazón da un vuelco. Me volteo rápidamente, esperando ver a un guardia de seguridad o alguien más en este lugar solitario. Pero, para mi sorpresa, me encuentro totalmente sola. Los pasos que escuché deben haber sido el eco de mis propios movimientos. Aunque mi miedo se disipa un poco, no puedo evitar sentir un escalofrío recorriendo mi espalda mientras continúo caminando por el centro comercial vacío, de nuevo más pasos como si alguien estuviera corriendo a hurtadillas resuenan entre mezclados con los míos, mi corazón se acelera tanto que los siento en mis oídos, el pum pum pum, volteo a todos los dados intentando ver a alguien.
— ¿Hola? — El silencio sigue siendo la única respuesta a mi llamada. Mis pasos resonando en el pasillo vacío son la única banda sonora de este lugar. Aunque mi mente me dice que debo seguir adelante, no puedo evitar sentir un escalofrío en mi espalda.
Bajo las escaleras hacia el tercer nivel con precaución. Cuando estoy a punto de llegar al pie de las escaleras, vislumbro a lo lejos a una chica caminando. Su figura es pequeña pero esbelta y parece perderse en la esquina, pero su presencia me llena de asombro y preocupación.
Mi corazón salta en mi pecho y mi cabeza se llena de preguntas. Debería huir de este lugar que a estas horas se me hace tan extraño y escalofriante, pero mi curiosidad se apodera de mí y, en lugar de hacer caso a mis instintos, decido seguir el camino por el que se perdió la niña. Con pasos rápidos, la busco por todo el piso, pero no logro encontrarla. La incertidumbre se apodera de mi mente mientras recorro los pasillos, mirando a cada rincón en busca de cualquier señal de su presencia. Entonces, de repente, la veo de nuevo. Esta vez, estamos cara a cara, y su rostro me resulta increíblemente familiar.
Mi mente da vueltas tratando de encontrar una explicación lógica. ¿Por qué esta niña está sola en este centro comercial desolado en medio de la noche? Y, lo que es aún más intrigante, ¿por qué me resulta tan familiar? La curiosidad y la intriga se mezclan.
Buscó entre mi memoria y como un flash se me pasa su nombre por la cabeza, saco mi libro y mi corazón se detiene por un minuto cuando la reconozco: Anne Frank, su rostro dulce y expresivo reflejaba la juventud y la inocencia, con ojos vivaces y soñadores que parecen contener un universo de curiosidad y esperanza. Cabello castaño oscuro, a menudo recogido en un moño, piel pálida como la luna en una noche despejada, un tono casi etéreo crea un contraste llamativo con su cabello oscuro y sus ojos expresivos, nariz delicada y esbelta, labios delgados que se curvan en una hermosa sonrisa inocente, unas cejas pobladas y arqueadas, que acentúan su mirada curiosa. Anne era de cuerpo delgado y de baja estatura y con manos ágiles que sostienen un diario entre sus dedos ávidos de escribir.
En sus ojos podemos percibir ese destello de determinación y optimismo, una expresión de la capacidad que tenía para aferrarse a la esperanza incluso en las circunstancias más desesperadas, Anne siempre se mostró a pesar de todo como una chica amable y simpática, en sus escritos podemos notar esa pasión en las cosas que hace, tuvo que madurar con rapidez por toda su situación, siempre se mostró dispuesta a colaborar en todo lo que se necesitaba, aunque a veces tuviera sus momentos de rebeldía adolescente ocasional, ya que por momentos se sentía incomprendida por su familia. Moralmente se destaca como un faro de moralidad e integridad. Aunque era un poco tímida era desvergonzada cuando se sentía atacada. Aunque a veces pareciera que tiene un doctorado en tropezones y una maestría en deslizamientos cómicos.
Mi corazón se acelera al preguntar: — ¿Anne Frank? — La chica asiente, confirmando mi teoría. Mis pensamientos se convierten en un torbellino mientras trato de encontrar una explicación lógica para la presencia de una niña que debería haber muerto en el Holocausto hace más de 75 años. No puedo evitar mirarla, perpleja por su juventud.
Anne Frank se ve completamente diferente a cómo la imaginé a partir de su libro. Ya no es una niña inocente, sino una joven adulta en sus 20 y tantos años. Ha perdido la mirada de inocencia y en su lugar, veo madurez y una determinación que es impresionante. No sé qué decir ni cómo reaccionar ante esta extraordinaria revelación. Mi mente se llena de preguntas.
La sorpresa y el asombro llenan la conversación mientras Anne Frank me mira, sin poder ocultar su asombro, y me pregunta cómo la reconocí. Nerviosamente, le muestro el libro que había estado sosteniendo, y ella lo observa detenidamente y hojea algunas páginas, aunque parece no sorprenderse demasiado por ello. Finalmente, me devuelve el libro y me mira, como esperando alg
¿Planeas presentarte o ya debería de saber quien eres?
Me siento abrumada por la situación y mi cara se enrojece de vergüenza. — ¡Claro! Lo siento, es que no todos los días conoces a gente que debería estar muerta — admito con una risita nerviosa. — Me llamo Gabriela Rodríguez, un placer — Extiendo mi mano, y ella la tomó con cautela.
Me causa curiosidad ¿Qué haces aquí y a estas horas?¿Qué es esto?
Me quedé dormida viendo una película en el cine, y las personas de la limpieza decidieron dejarme en la sala. Este lugar es Agora Mall, un centro comercial donde las personas vienen a comprar ropa, perfumes, joyas, comida y entretenimiento — le explico.
Sus ojos brillan de emoción mientras observa a su alrededor.
A estas horas, todo está cerrado, pero volverá a abrir mañana a eso de las 8 de la mañana — agrego. Luego, me siento obligada a hacer las preguntas que han estado rondando mi mente — Lo siento, pero debo preguntar, ¿cómo es que estás aquí? ¿Qué edad se supone que tienes? Dios, tengo tantas preguntas
Ella ríe, como si hubiera estado esperando estas preguntas — Tengo 20 años, y la razón por la que estoy aquí es porque logré sobrevivir al Holocausto gracias a una agencia que se encarga de arreglar brechas multiversales y evita daños en la línea del tiempo. Aunque todos creen que morí, ya que eso es lo que se hizo ver después de que nos llevaran a mi familia y a mí al campo de concentración – revela. Su historia es asombrosa y un tanto inverosímil, pero no puedo evitar sentir una mezcla de asombro y empatía hacia ella mientras continúa relatando su experiencia — He estado trabajando para ellos durante un tiempo hasta que decidí darme un viaje en el tiempo para conocer esta época, aunque ciertamente no esperaba encontrarme contigo y no te preocupes, tenemos tiempo para todas tus preguntas.
Mi corazón se infla de emoción como un niño en un parque de diversiones y mis ojos brillan pensando en todas las preguntas que podría hacerle, pero antes de, ella me pregunta que si podríamos ir caminando para ella ir viendo todo aunque sea desde afuera y yo acepté sin objeciones.
¿Podrías hablarme un poco más acerca de cómo era todo en ese tiempo? — sus ojos brillan en nostalgia.
La verdad es que era horrible estar encerrados todo el día con miedo de que nos encontrarán, sin poder hablar más alto de lo normal, encender luces o radios pasada ciertas horas, el poco espacio que teníamos era ciertamente muy incómodo y también el convivir con otra familia, siendo tan diferentes era todo una pesadilla, la incertidumbre de no saber qué va a pasar.
¿Cómo sucedió todo el día que los descubrieron?
Era un día tranquilo que prometía ser igual a todos los demás — no pude evitar sentir pena cuando vi como sus ojos se aguaban mientras me contaba su historia, gracias a la luz de la luna que iluminaba su rostro — Hasta que de repente, rompieron la puerta de manera brusca y unos uniformados militares identificados como nazis entraron y empezaron a destrozar todo, a la vez que se esposaban a toda mi familia, intentamos — Aunque intentó ocultarlo pude notar como su voz se quebró un poco al mismo tiempo que deteníamos nuestro andar — Intentamos defendernos pero no sirvió de nada, nos montaron en distintos camiones y nos separaron a todos, nunca volví saber de ellos.
No pude evitar que lágrimas rodaran por mis propias mejillas, aunque sabía lo que había pasado con ellos es una historia tan devastadora, no importa como lo mirases y aunque ya había leído el libro y sabía cómo había pasado, pero tenerla a ella hablando de frente era totalmente diferente.
¿Me podrías hablar más de Peter?¿Cómo era tu relación con él? — Una sonrisa nostálgica se abrió paso en la cara de Anne.
– El fue mi primer amor, digo no es que haya tenido muchas opciones en ese tiempo, pero siento que eso también es lo lindo de nuestro amor, ya que fue creciendo poco a poco, fue real, todas la miradas cómplices o las frases picaras que decíamos fueron reales — Una risa risueña brotó de lo más profundo de su garganta — A veces me pregunto que hubiera pasado si el hubiera sobrevivido al holocausto, ¿seriamos una pareja? o ¿nos hubiéramos distanciado con el tiempo? Creo que nunca lo sabré.
El silencio reina por un tiempo mientras Anne y yo caminamos por el centro comercial, iluminados por la luz de la luna. La atmósfera es mágica y surreal, y su conmovedora historia sigue resonando en mí, dejando una profunda impresión.
Mientras exploramos el lugar, iniciamos una conversación sobre diversos temas. No puedo evitar preguntarle por qué no viaja en el tiempo para salvar a su familia, pero su respuesta es sabia y cautelosa. Anne me explica que no pueden alterar los acontecimientos a su conveniencia, ya que las consecuencias podrían ser catastróficas. Me habla de las complejidades del multiverso y los viajes en el tiempo, pero sinceramente, aunque estoy intrigada, no entiendo ni la mitad de lo que me explica. Las implicaciones y la ética detrás de todo esto son apabullantes.
A medida que seguimos conversando, me doy cuenta de lo valiosa que es esta oportunidad de hablar con Anne Frank. Su historia es un testimonio de resiliencia y fortaleza, y su sabiduría sobre los viajes en el tiempo arroja luz sobre cuestiones profundas y complejas. A pesar de que no puedo entender completamente todos los detalles, aprecio cada palabra que comparte conmigo mientras continuamos explorando este inusual encuentro en el centro comercial desolado.
De repente escuchamos pasos caminando y nos damos cuenta de que ya el sol está saliendo.
Tengo que irme, ¡No pueden verme! ¡Adiós! — Y así es como en un abrir y cerrar de ojos ella empieza a tocar teclas en un reloj que no había notado hasta ahora y en cuestión de segundos ella desaparece de mi lado.
El susto es tan intenso que siento un escalofrío recorrer mi espalda. La voz masculina y profunda detrás de mí me hace girar bruscamente, preparada para recibir una regañada de parte del oficial de seguridad. Pero en lugar de eso, me encuentro con la mujer que estaba parada frente a mí.
Ya se acabó la función, señorita. Debe retirarse a su casa — me dice con calma. La confusión se apodera de mí. Miro a mi alrededor y estoy de vuelta en la sala de cine, como si nada hubiera sucedido. No puedo evitar pensar que todo lo que viví con Anne Frank fue un sueño, una ilusión.
Busco mi teléfono en mi bolso y compruebo la hora: son las 11:40 pm. No tengo llamadas perdidas ni mensajes. Mi teléfono tiene un 20% de batería. La realidad y la confusión se mezclan en mi mente mientras empaco apresuradamente mis cosas y me dirijo a la salida. Me niego a aceptar que todo lo que experimenté fue solo un sueño.
Cuando llego a casa y empiezo a sacar las cosas de mi bolso, me encuentro con una nota escrita con una letra delicada y reconocible. Leo cada palabra con expectativa y emoción, las instrucciones escritas por Anne Frank en la nota son claras y sencillas:
Todo fue real, gracias por esta noche y permitirme conocerte, aunque todo se haya acomodado y parezca que no estuve ahí es solo una medida de seguridad que tienen en la base para que no dejemos cabo sueltos en ningún sitio que vayamos, por favor, guarda mi secreto.
Si alguna vez quieres volver a comunicarte conmigo busca el reloj que te dejé y presiona el botón azul tres veces, eso me enviará una señal a donde sea que esté, gracias por esta noche y espero que tengas una linda vida.
Anne Frank
La promesa de una conexión futura a través del reloj me llena de emoción y curiosidad. ¿Dónde estará Anne en este momento? ¿Cómo funcionará el reloj para comunicarnos? Son preguntas que revolotean en mi mente mientras asimilo la experiencia que acabo de vivir.
Guardó cuidadosamente la nota y el reloj en un lugar especial, sabiendo que esta experiencia es algo que atesoraré para siempre, y que la puerta a un mundo lleno de misterio y posibilidades acaba de abrirse ante mí.
El reloj, la nota y la experiencia inolvidable en el centro comercial se convierten en un tesoro en mi vida, un recordatorio de que a veces la realidad puede ser más extraordinaria de lo que pensamos.
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Fin
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