Yo, la Conde
Nacida en una isla pequeña
20 años atrás, un verano del 2003
Cuando cansado el sol abría los ojos
Soy de agua dulce
Serena Azul
Un árbol de caoba con ramas fuertes
A pesar de las lluvias que lloran
Los ciclones aguerridos
las nevadas frías
Marea roja llena de furia.
Una lava ardiente, naranja
El fuego brillante pasional romántico
como la noche
Un tiempo que da vueltas y vueltas al ayer
Ave libre que cada lugar donde va
Se acostumbra a los diferentes colores y tonos
Un perro leal de corazón noble
Que nunca traicionaría y buscaría la luz dentro de ti
Leona feroz, agresiva, sagaz
que defiende su territorio
Soy una flor
Y como Verne, sé que el alma de las flores
es su aroma Mariposa con alas grande
que vuela lejos si se lo propone.
Soy la Conde
Descendiente de árabes, nagüeros
franceses, españoles, africanos
y haitianos
Una naranja que cambia de sabor
Dulce y amarga, ácida y dulce
Una flor, rosa con espinas
Fiera que no se acobarda
Luciérnaga que ilumina la oscuridad
Quien no mira un libro por su portada
Camino lleno de acertijos, enigmas
Un cerebro andante, parlanchín, curioso
Lapicero multiuso desde escribir hasta caminar en el agua
¿Quién soy?
Te respondí la pregunta
Hace muchos versos y siglos atrás
Aún me quedan escaleras por subir en esta vida Sin embargo,
soy bella como el amanecer
y un milagro Milagro
que seguirá creciendo bendecida por Dios
Ya lo sabes
Soy y siempre seré:
la Conde
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